El nacimiento del Guerrero Solar

El nacimiento del Guerrero Solar

Estamos transitando el mes del signo de Aries, en donde todos los temas vinculados al arquetipo del nacimiento se ponen sobre el tapete, y en donde nuestras propias modalidades iniciáticas se manifiestan para que podamos observarlas mas detenidamente.

Aries trabaja, entre otras cuestiones, las temáticas vinculadas al inicio. Es uno de los temas que nos acerca a esta instancia zodiacal en donde la vida misma se pone en marcha y en donde nuestro psiquismo reinicia la experiencia de apertura que tuvimos en ese primer grito de nacimiento. Este “inicio” sólo se entiende si lo enmarco en la experiencia del nacimiento. Esta vinculación nos obliga a preguntarnos cuál es el patrón arquetípico que domina esta escena en nuestra estructura psíquica y en nuestro tránsito vital. Remitirnos a las experiencias mitológicas puede darnos la venia para explorar un poco más en profundidad este tema:

Por ejemplo, el pasaje del nacimiento para los antiguos babilónicos estaba representado por la pareja arquetípica de Marduk, Dios del Fuego, y su madre, Tiamat. Tiamat es una Diosa Madre, generalmente representada como un monstruo primitivo y muy relacionada a la Lilith de los textos rabínicos. Para poder nacer Marduk le clava a Tiamat una flecha en el corazón y luego la descuartiza. El nacimiento para la tradición Babilónica estaba entonces vinculado a una lucha a muerte y a la disputa, bien típica por ejemplo de una luna en Escorpio. Para los celtas en cambio, cada vez que un miembro de la tribu partía en busca de su propio camino individuado, se realizaba un ritual de ofrendas, en dónde se generaba una lealtad con la Gran Madre y se le otorgaba algo en sacrificio. El momento de ese “nacimiento” a diferencia de los babilónicos se constelaba de una manera mucho más pacífica y sacrificial, generando una lealtad y una huella profunda relacionada con un ofrecimiento sacro. Una luna en Piscis tal vez, podría contemplar algo de este pasaje mitológico. Por su parte, los antiguos egipcios consideraban al nacimiento como un aspecto cíclico y natural dentro de la experiencia humana y tomaban de una manera también natural a este momento arquetípico del inicio y del nacimiento de un Yo individual, vinculándose con éste de manera ritual y consagrando a este inicio como una fuerza de impulso creativo. La empresa faraónica y creativa de este pasaje podría emparejarse en parte con la mirada de la Luna en Leo, en donde la autoexpresión y la creatividad del niño divino se pone en marcha.


De esta manera, los pasajes o umbrales de cruce del nacimiento quedan grabados en el reservorio del inconsciente colectivo. El pasaje de Piscis a Aries instala la temática del nacimiento en cada unos de nosotros de una manera diferente, ya que la manera en la que nuestra psique ha experimentado este pasaje depende de nuestro mapa natal y de las temáticas que éste invoque.

Cuando exploramos la energía de aries y los arquetipos que despierta, la temática del nacimiento se presenta con toda su imponencia para tratar de develar en cada uno de nosotros el vínculo que tenemos con la Gran Madre y la forma en la que nuestro Guerrero interno ha registrado este experiencia universal. Aries propone explorar este tema a fondo, ya que uno de los grandes temas arianos, la agresividad, tiene su base y sustento en la fuerza agresiva necesaria para nacer. Esa agresividad que tanto el niño como la madre tienen que explotar para que la experiencia en el canal de parto se lleve adelante con éxito. Desde este lugar, la vivencia de lo agresivo tanto en el plano individual como en el plano colectivo podría interpretarse como esta necesidad de autoafirmación frente a una fuerza tremendamente fusionante, como lo es la potencia tentacular de la Gran Madre Pisciana.

¿Cómo es este pasaje en mi experiencia psíquica?

Comprender la naturaleza de lo ariano y aprender de nuestro Guerrero interno requiere de la revisión de este pasaje arquetípico. Si logramos encontrar un mitologema que exprese este periplo interno, podremos sumergirnos en el inicio de nuestra vida y comprender más cabalmente como es nuestro vinculo con este sustrato inconsciente que generalmente va asociado con el complejo lunar y que se resetea cada vez que me propongo avanzar y comenzar algo en la vida. Observar las resistencias y las demandas intrapsíquicas en el momento de abordar un inicio puede ayudarnos mucho a comprender la naturaleza que este momento arquetípico de la evolución humana; (la expresión de la vivencia ariana) revela en mi.

En definitiva, buscar a Aries en mi mapa Natal, cristaliza nada más y nada menos que este pasaje universal por el que todos hemos atravesado, que se reinventa cada vez que intentamos volver a nuestro centro identitario para ampliar sus bases y logar lo que Marte, como buen auxiliar del Sol tiene como objetivo: generar una base firme y en vínculo fluido con mi deseo para comprender y expresar mi identidad solar.

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