El símbolo es el recurso más antiguo que el ser humano ha creado espontáneamente para diseñar sus lenguajes y sus universos. El mundo consciente y el mundo inconsciente están vinculados a través de los símbolos, expresando en su relación una tensión vital e imprescindible para sostener nuestra estructura identitaria. Sin embargo, muchas veces esta tensión genera resistencias regresivas en el desarrollo de nuestra vida por no contar con las herramientas necesarias para abordar la complejidad en la cual estamos sumergidos.