Una mirada al modo de Producción Capitalista desde el Eje Tauro-Escorpio

El eje Tauro – Escorpio en nuestro mandala zodiacal imprime una fase evolutiva muy relacionada con la forma y la muerte de la forma. Algo se esta “amasando” y el pasaje al mundo de lo manifiesto y de la forma es inminente. Esta bola de energía naciente que es Aries esta condensándose de manera evolutiva, para luego seguir en su viaje hacia la trascendencia. Pero en el marco de este proceso evolutivo algo eventualmente también tiene que morir. Algo tiene que desgranarse y morir. Es necesario.
Este paso al primer signo de la Trinidad de Tierra del Zodiaco tiene mucho que ver con una etapa evolutiva que describe muy bien Ken Wilber cuando explora diferentes niveles de evolución de la consciencia humana; el paso de una amplificación de la consciencia que acontece cuando nuestra raza pasa de ser cazadora recolectora, inspirada y animada por su instinto animal y pulsional, a una fase de desarrollo superior que fue desencadenado por el descubrimiento de la agricultura.
Como sabemos en Astrología, el signo que abre el mapa natal que es Aries, gesta un proceso de inicio aguerrido e intempestivo que le da luego el lugar a un momento evolutivo vinculado con la conexión a la tierra, articulando este primer contacto con la masa uniforme que es nuestro cuerpo y asociandolo al reconocimiento de lo concreto. De aquí surge la posibilidad de registrar a través de la función psicológica de la sensación aquello que acontece en nuestro alrededor. Esto es Tauro.
Pero también se genera un gran cambio de velocidades y registros, y la fase Ariana a la que podríamos adjudicarle este primer estadio que Wilber señala como el estadio mágico-tifonico, caracterizado por la vivencia de la animalidad humana, el impulso del aquí y del ahora, la gestación del Ser, sin ningún avisoramiento del mañana, se ve reformulada en términos evolutivos por una demanda de quietud, de registro de la carne, de registro del mundo natural desde el cultivo del mismo a través de los recursos concretos y tangibles.
Al estallido le sigue necesariamente la quietud. Al movimiento y al impetuoso sobresalto del nacimiento le sigue una apremiaante necesidad de ser en el cuerpo en el tiempo y por ende, aquellos recursos de caza y recolección que fueron en este primer momento una manera de vivir y “sobre vivir”, ahora se ven desafiados por una naturaleza temporal diferente en donde aparece por primera vez, nuestra capacidad para cultivar, retener, y por ende generar la administración de dichos recursos a lo largo del tiempo, de lo cual antes estábamos desprovistos. Ahora podemos ser retentivos con la materia y este retentividad implica VIDA. Y no cualquier tipo de VIDA: un VIDA a la largo plazo.
En Tauro los recursos son sinónimos de vida; de proceso vital y sobre todo, aun sin consciencia racional de ello, de futuro. Este “futuro” es algo que lógicamente se ira develando con mayor amplitud a medida que el zodiaco avance en su evolución, pero este germen de proyecto a futuro que tan a menudo asociamos con Capricornio tiene su origen en Tauro. La experiencia Taurina nos pone en contacto con la necesidad de retener materia y de forjar una solida y muchas veces inercial estructura amorfa; nos pone de manifiesto y en contacto con el hecho de que la Tierra se puede labrar, y que lo que emerja de ella puede ser utilizado como recurso de VIDA.
Sin ir mas lejos, el dinero, tan asociado con el signo de Tauro, no es ni mas ni menos que un recurso simbólico que alivianò y fluidizò el intercambio de este recurso VITAL, al cual le fuimos adjudicando y transfiriendo un sin fin de disputas y cuestiones internas, profundas y pertenecientes a la vivencia del alma humana que nada tienen que ver en estricto rigor con la concepción del dinero como recurso VITAL ni mucho menos con la valía autentica que tenemos como personas. El estadio Taurino trabaja en profundidad la idea del recurso sacralizado. Aquello que constituye nuestra amor hacia nosotros mismos y hacia la vida. Aquello que nos conforma en nutrición concreta y que nos pone en contacto con nuestra autentica valía. Y nada de todo esto tiene que ver en su totalidad con el dinero. Pero digamos que por diferentes cuestiones proyectamos en el dinero un sin fin de antagonismos que permanecen por regla general en el mundo de nuestro inconsciente colectivo.
Es muy interesante empezar a asociar entonces el siguiente párrafo que describiré a continuación, con respecto y en relación a como emergen y van mutando los recursos en este transito de evolución humana que nos llevo de ser cazadores recolectores (Aries) a agricultores (Tauro), para lograr generar una reflexión vinculada al tipo de modo de producción que los seres humanos hemos creado y a la relación inconsciente que tenemos con dicho modo de producción:
“… Esta es la verdadera confusión. La mentira vital que lleva al hombre a tratar de convertir a la tierra finita en cielo infinito, a sustituir la riqueza material por la seguridad trascendental, a convertir a la agricultura en una especie de seguro para negar la muerte. a acopiar un excedente de bienes como proyecto de inmortalidad. A aferrarse al futuro como promesa de trascendencia de la muerte y a convertir al dinero en una parodia de Dios y al oro en un poder demoníaco…”
Algo de este acopio del excedente me resuena a Tauro. Un acopio que tiene como finalidad generar un proyecto de inmortalidad; osea, un proyecto que desestimarà y resistirá la embestida de Escorpio como opuesto complementario de Tauro y como estadio evolutivo que despuntara finalmente la amplificación cada vez mas elevada de nuestra consciencia hasta el ingreso a los últimos signos transpersonales de la evolución zodiacal.
Pareciera ser que algo de este acopio se resiste a morir. Y entendamos que la “muerte” en Escorpio no es necesariamente una muerte concreta. Es mas bien una muerte simbólica que implica una re edición de nuestra subjetividad; integrando nuestra Sombra. Ya los Griegos pensaban y simbolizaban al Inframundo como un lugar lleno de riquezas y no por nada el regente de Escorpio; Plutòn, era conocido en la antigüedad como “El Rico”. Sin embargo pareciera ser que esta muerte simbólica aun nos cuesta horrores ya que es mucho mas sencillo seguir proyectando en el afuera nuestras propias oscuridades y miserias.
¿Sera que el modo de producción en el que estamos inmersos; el Sistema Capitalista, nos devuelve una imagen en donde podemos comenzar a observar cuan difícil nos es “morir” a nuestra propia imagen, a la “forma” que creemos que nos identifica; a re editarnos y recrearnos como individuos y como colectivo humano?
Si inconscientemente proyectamos la inmortalidad en el oro; si de alguna manera seguimos negándonos a morir a la forma que hemos creado; si continuamos aferrándonos al acopio de dinero, de bienes y de recursos como promesa de trascendencia de la muerte; nunca tendremos como colectivo humano la capacidad de morir a este modo de producción para pasar a otro. El dinero y el modo de producción desbordante y carente de sentido ético que lo reproduce, son, inconscientemente, un símbolo de la inmortalidad. Pero esto que es el dinero y que proyectamos en este símbolo- objeto, discurre DENTRO NUESTRO, develando los misterios mas profundos y complejos del alma humana.
“…De este modo la búsqueda de dinero se abrió también al hombre normal y el oro se convirtió también en el nuevo símbolo de la inmortalidad. En la construcción de templos , palacios y monumentos de las nuevas ciudades asistimos a una nuevo tipo de poder. .. Ahora resulta posible comerciar con la inmortalidad en la misma plaza del mercado….El dinero, como negación de la muerte, es la verdadera sangre de las civilizaciones”.
Tomando estas ideas de Ken Wilber en su libro “Después del Eden” podemos vincular en términos de la Astrología Psicológica a la retentividad Taurina, con una manera de acopiar VIDA que sino integra a su opuesto complementario que es la destrucción de la FORMA, Escorpio, nunca podrá develar su naturaleza oculta y por ende, siempre permanecerá escindido, siempre permanecerá signado por el arquetipo del Inocente; arquetipo que siempre espera ser nutrido y que por ende, siempre se ENDEUDA ya que retiene y consume. La DEUDA es el factor rector del modo de producción del Sistema Capitalista y no es tampoco negando a la Deuda que salimos de este embrollo: tenemos que aprender a gestionar una reciprocidad justa entre el que da y el que recibe. (Venus como regente de Libra tiene aquí, una nueva definición y posibilidad de desarrollo).
“… El dinero es una parodia de Dios; el dinero es por ende, un sustituto de la religión, un intento de encontrar a Dios en las cosas…”
Al complementar la necesaria muerte de la forma en Escorpio, podemos seguir avanzando hacia niveles de conexión cada vez mas suprapersonales. Vamos hacia la trascendencia de aquello que denominamos Dios; Unidad, Naturaleza. Totalidad. Necesitamos trabajar en la profundidad psíquica que presupone Escorpio develando nuevas formas de generación recursiva y fundamentalmente integrando y haciendo consciencia sobre los aspectos reprimidos y escindidos de nuestra naturaleza yoica y colectiva . Es preciso darle al vinculo “DINERO-INMORTALIDAD” una nueva relación o una nueva forma, tal vez haciendo estallar su sentido y para ello es necesario que podamos re conectar con nuestros temores mas profundos. Como decía Jung “el ser humano anhela Totalidad, no perfección”
El ORO como símbolo de la trascendencia y de la Vida esta emparentado desde la Astrología Arquetipal y Simbólica con el arquetipo del Si Mismo; nuestra autentica naturaleza en devenir permanente; fluido, constante. Una totalidad que nos habita por completo y que requiere para poder Ser en dicha completitud, la valentía y la ética necesaria para morir tantas veces como sea necesario. Tanto Venus como el Sol son símbolos antiguos del oro y de las joyas en términos trascendentales y en este sentido, la pulsiòn de amor, de Eros y el Si Mismo Junguiano, pueden ser una salida; una llave a través de la cual explorar diferentes conexiones.
Como decia Gilles Deleuze en su famoso “Antiedipo” a cada modo de producción político le corresponde un modo de producción psíquico. Pareciera ser que estamos aferrados a hiperinflar algunos aspectos de la rueda psíquica del zodiaco, vinculada al eje Fijo de esta maravillosa representación de la evolución psicológica que expresa la carta natal.
Hasta que no logremos naturalizar la muerte, tanto simbólica como concreta, enfrentando los desafíos que nos impone la urgente necesidad de TRANSFORMACIÓN que la vida misma conlleva, es muy probable que sigamos endiosando el acopio de bienes como proyecto de inmortalidad y por ende, lidiando muchas veces de manera equivocada, a mi parecer, con el Sistema de Producción Capitalista que JUNTOS SUPIMOS CREAR.
El verdadero desafío de Trascendencia esta en el encuentro con nosotros mismos y con el Otro en unidad y totalidad, viviendo y naciendo cada vez que la vida lo demande. Y por supuesto, afrontando el miedo del YO a desaparecer. Un miedo que muchas veces nos impide ver la vastedad hacia la cual nos dirigimos …
Lic, Laura Pinery
Astróloga Arquetipal y Psicològica